Si queremos en realidad transformar el mundo podríamos empezar por hacer un cambio en la mirada hacia la familia, sin juicios, sin juzgar a otros sólo porque su familia no se parece a la tuya, independientemente de las dinámicas. ¡Familia somos todos! Y sabes qué? Desde el amor, no hay familias disfuncionales.
Una familia puede ser un papá soltero, una mamá soltera, una madre recién divorciada, un papá recién divorciado, una familia de dos hombres, o de dos mujeres. Cuando hay amor y espiritualidad, no hay entrada a los juicios.
De esto se trata la vida, de mirar desde el amor y empezar a estar de acuerdo contigo mismo, rediseñar los acuerdos que tengas con el mundo y a dar esperanza entre tantas miradas que ven a la familia desde lo doloroso y lo crítico, y no desde lo real y lo posible.
¡La familia no es algo importante, lo es todo!
Familia es amor, respeto por la autonomía de cada uno, es un equipo, un apoyo incondicional para el crecimiento de cada miembro.
Mi corazón me llamó y me pidio ayudar a sembrar una semilla de esperanza en la familia.
¡Hoy inicia una nueva etapa en mi aprendizaje, y quiero honrar mi primer paso como Family Coach! Gracias por acompañarme en este nuevo aprendizaje. Desde nuestras imperfecciones.
